En
un reciente estudio de opinión a nivel nacional, realizado por la Universidad
Católica Andrés Bello, se solicita a los encuestados decir el motivo que los
mueve a protestar, estos señalan mayoritariamente tres razones: Contra la
escasez, por la defensa de la democracia y para acabar con la corrupción. A
renglón seguido la sabiduría popular, escoge entre los temas sugeridos por el
encuestador, la solución a los problemas por los que protesta: Exigir
elecciones presidenciales, cambiar el gobierno y sacar a Maduro.
En nuestro país estamos sufriendo una crisis humanitaria, a causa de la escasez y la carestía de alimentos y medicinas, situación que de no cambiar este régimen, pasaremos de crisis humanitaria a emergencia humanitaria. Pero esta crisis no ha sido generada por una guerra desatada en nuestro territorio, ni por una catástrofe natural que haya azotado a nuestra población.
En nuestro país estamos sufriendo una crisis humanitaria, a causa de la escasez y la carestía de alimentos y medicinas, situación que de no cambiar este régimen, pasaremos de crisis humanitaria a emergencia humanitaria. Pero esta crisis no ha sido generada por una guerra desatada en nuestro territorio, ni por una catástrofe natural que haya azotado a nuestra población.
Como
lo hemos señalado reiteradamente la crisis que ha sacudido a nuestro país, se
genera por la aplicación de un modelo equivocado, en el manejo de la economía,
fundamentado en el centralismo y en el Capitalismo de Estado, ambas conductas
requieren para su aplicación, el sacrificio de los valores democráticos.

Como
en todos los países donde se aplicó y fracasó este modelo de producción, lo
único que prosperó fue la corrupción. Luego de la ocupación de cerca de cinco
millones de hectáreas correspondientes a miles de unidades en plena producción,
a la expropiación de cientos de empresas agroindustriales y de la
monopolización del agrocomercio y de la distribución de alimentos, la caída de
la producción fue dramática.
La
corrupción floreció en las llamadas empresas de producción socialistas, dejando
un saldo rojo de cinco millones de hectáreas ociosas y empresas
agroindustriales produciendo a un cinco por ciento de su capacidad. En el
sector comercio la corrupción también prosperó, acabaron con Agroisleña
convirtiéndola en Agropatria, un ente incapaz de abastecer la demanda de insumos
y maquinarias necesarias para la producción primaria y el fracaso del sistema
de distribución de alimentos, con sus establecimientos cerrados y degenerados
en un vergonzoso plan de distribución de cajas de alimentos importados.

Es
inevitable la retirada del gobierno y eso lo va a manifestar más del ochenta
por ciento de los venezolanos con derecho al voto, el próximo 16-7 cuando, en demostración
soberana de su voluntad, rechace al régimen actual y abra el camino electoral
que traiga consigo el cambio de gobierno y de sistema político.
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