En nuestro país cada día se nos hace más difícil alimentarnos adecuadamente, podríamos decir que una inmensa mayoría de nuestra población no lo hace. Según el Estudio Nacional de las Condiciones de Vida del Venezolano del año 2015 (ENCOVI 2015), el 52,6% de nuestra población vive en situación de pobreza extrema, es decir sus ingresos económicos son insuficientes para comprar los alimentos necesarios para comer tres veces al día, esta situación evidentemente se agrava este año, considerando el elevado aumento del precio de los alimentos, que ha impulsado el costo de la canasta alimentaria en el mes de marzo hasta 142.853,20 bolívares.
Además del alto costo de los alimentos, existe el grave problema de la escasez de estos bienes esenciales, esta situación impide a parte de la población que aunque tiene los recursos económicos para comprarlos, no los puede adquirir. En ambos casos el problema es el mismo, no nos estamos alimentando conforme a las normas internacionales de nutrición y es por ello, que estamos presentando un grave cuadro de desnutrición y de obesidad, con el agravante de que los más afectados son nuestros niños, que pueden sufrir daños irreversibles que les impedirá un normal desempeño por el resto de su vida.
A pesar de la emergencia económica decretada por el gobierno nacional,
amparada por el TSJ; a más de noventa días de la instalación del Consejo Productivo
nacional y de los más de ochenta días del “arranque” del Motor de la producción
agrícola, nuestro país se encuentra paralizado en cuanto a la producción de
alimentos. La razón de esta parálisis es el enfoque ideológico que tercamente continúa implementando el gobierno, para intentar resolver el problema de la escasez y de la
carestía de los alimentos. Pero lo que no entiende el Gobierno es que con más
invasiones, con más controles de precios, con más intervenciones en los canales
de comercialización, no se va a solucionar la crisis humanitaria que padecemos.
La población está cansada de esta crisis y ya ha decidido cambiar de gobierno, eso sí, por la vía pacífica, electoral y constitucional que establece el revocatorio del mandato presidencial. La gente quiere un cambio para que la producción y el abastecimiento de alimentos, tengan la importancia de una Política de Estado. Pero para que esto ocurra, es necesario la reforma y la creación de leyes, que garanticen la seguridad jurídica para los productores de alimentos, que los estimule a invertir y a trabajar.
La población está cansada de esta crisis y ya ha decidido cambiar de gobierno, eso sí, por la vía pacífica, electoral y constitucional que establece el revocatorio del mandato presidencial. La gente quiere un cambio para que la producción y el abastecimiento de alimentos, tengan la importancia de una Política de Estado. Pero para que esto ocurra, es necesario la reforma y la creación de leyes, que garanticen la seguridad jurídica para los productores de alimentos, que los estimule a invertir y a trabajar.
Se requiere un cambio de Gobierno, que ejecute políticas públicas, que estimulen la producción y la productividad para que los circuitos de la producción agroalimentaria, puedan abastecer nuestro país de forma suficiente y oportuna los alimentos que necesitamos. Desde Un Nuevo Tiempo hemos aceptamos este reto siempre al lado del pueblo.
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