domingo, 20 de agosto de 2017

La constituyente del hambre

Los expertos señalan que nuestro país desafortunadamente, está en la vía de pasar de la crisis humanitaria a una emergencia humanitaria, y los venezolanos lo sufrimos diariamente. La población en situación de pobreza, calculado por el ingreso familiar, se sitúa en un ochenta y dos por ciento, con un componente de pobreza extrema creciente, la cual a inicios de año se situaba en más de un cincuenta por ciento. Es decir existe una brecha enorme entre el ingreso familiar y el costo de los alimentos.

Ya estamos a punto de cruzar la línea de la emergencia humanitaria. El consumo de alimentos ha caído en más de la mitad de lo que se comía en el 2012, la mayoría de nuestra población ya casi no consume proteínas, se consume menos de quinientos gramos de alimentos, cuando lo normal son más mil quinientos gramos al día.

Esta situación ha traído como consecuencia, que la mayoría de nuestra población ha tenido pérdida de peso involuntario de al menos nueve kilos en un año. Advierten los expertos en seguridad alimentaria en situaciones de emergencia y desastres que: “la desnutrición infantil este año está aumentando y podría llegar a más de un doce por ciento, de los  aproximadamente 3.200.000 niños, que están en peligro de padecer desnutrición aguda grave”.

Venezuela está en el primer lugar de los países del mundo donde la inversión es un riesgo. Además del sistema político actual y la corrupción, uno de los factores que impiden la inversión y el normal desarrollo de la producción, es la inseguridad jurídica. En el sector de la producción de alimentos, la inseguridad jurídica se pone de manifiesto mediante el irrespeto a la propiedad privada, los controles y regulaciones y el abuso de poder por parte de autoridades civiles y militares, en ejercicio de funciones de Estado.

Sin inversión no hay ni habrá producción, es por ello que sufrimos la inflación más elevada del mundo, sobre todo en el renglón de alimentos. Además de la inflación tenemos el fenómeno de la escasez de los alimentos regulados de precio, que son los que puede adquirir la inmensa población de menguados recursos y la oferta de alimentos importados, con estructuras de costos dolarizados, calculados a tasa de dólar libre, que solo puede comprar menos de un veinte por ciento de la población.

Lamentablemente el problema de la inseguridad jurídica en nuestro país, si no reaccionamos a tiempo, se agravará, porque un régimen que hasta ahora cubría la apariencia de respetar el marco legal, ha entrado de lleno en el plano de un gobierno deslegitimado, a causa de la creación de un supra poder ilegítimo, que pretende imponerse por encima de instituciones y de las leyes, incluyendo nuestra Carta Magna.


Nos corresponde ante esta tragedia, en que nos ha sumido el régimen, defender nuestra soberanía ante el intento de cubanizar nuestra patria. Defender nuestros principios democráticos mediante el desarrollo de la protesta de calle pacífica y el acompañamiento a los sectores más golpeados por la crisis, a manifestar en contra de la escasez y la carestía de los bienes y servicios, siempre enmarcados en la búsqueda de un cambio de gobierno de forma pacífica, democrática y constitucional, sin abandonar la vía electoral.



   

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