Ya
se ha desdibujado la patraña que mantuvo todo este tiempo la propaganda oficial,
pregonando virtudes en lo económico, social y político. Ya a nivel mundial se
percibe este gobierno como un régimen paria e inviable desde todo punto de
vista, eso también lo reconocen en voz baja, los países que han recibido y los
que siguen recibiendo el “fruto” del saqueo de nuestra economía.
La
burbuja estalló y lo que queda es pobreza, inseguridad, carestía y escasez,
desempleo y malos servicios públicos, entre otros males que nos aquejan. La
economía de nuestro país retrocedió, a niveles hasta ahora desconocidos.
El
gobierno ha sido cuestionado por la mayoría de las organizaciones
internacionales (gubernamentales y ONGs) defensoras de derechos humanos, se nos sitúa entre los diez países del mundo
con los niveles más altos de corrupción en el sector público. Nuestras
posibilidades de atraer inversiones son casi nulas. Estamos perdiendo la guerra
contra el narcotráfico, somos señalados por los países de Europa, como los
primeros en el contrabando de drogas que ingresa a ese continente.
En
dieciseis años, los gobiernos chavistas tuvieron ingresos superiores a los mil
millones de millones de dólares, por concepto de ingresos petroleros y el
equivalente en dólares a lo recaudado en impuestos. Estos ingresos son
superiores a todo lo ingresado a nuestro país en todos los gobiernos que hemos
tenido como Republica.
A
pesar de tan voluminosos ingresos, el chavismo nos endeudó con la astronómica
cifra de más de 150.000 millones de dólares de deuda pública. Sumado a este
pasivo está la deuda comercial pública, calculada en más de 42.000 millones de
dólares. Esta deuda se origina por el pago de expropiaciones; el incumplimiento
del convenio cambiario asumido con la empresa privada, por concepto de
importaciones ya efectuadas (10.000 millones de dólares); compromisos nacionales e internacionales de Pdvsa
y de otras empresas públicas.
Hasta
hoy se ha venido pagando la deuda pública financiera, pero con la deuda
comercial se mantiene en cesación de pago o default, poniendo en situación de
insolvencia a las empresas privadas de bienes y servicios, por el
incumplimiento en la cancelación del convenio cambiario. Esta situación ha
traído como consecuencia, la pérdida del crédito externo y por supuesto la
escasez de insumos, alimentos, medicinas, repuestos, maquinarias, vehículos y
de boletos aéreos, entre otras calamidades.
La
burbuja estalló y nos deja un saldo en rojo, lo más significativo de este
balance negativo es:
La
destrucción del sector privado productor de alimentos, que ha generado la
dependencia en un 70%, de las importaciones de alimentos manufacturados y de la
materia prima para la agroindustria.
En
materia de seguridad ciudadana, el año pasado se registraron 82 homicidios por
cada 100 mil habitantes, en su mayoría estos crímenes son cometidos por jóvenes
que al inicio de los gobiernos chavistas tenían entre cinco a diez años de
edad. El promedio mundial es de 10 homicidios por cada 100 mil habitantes.
Más
de 65% de escasez en alimentos, medicinas y de otros bienes esenciales. Los
organismos internacionales consideran moderada una escasez inferior al 5%.
La
inflación de este año, según estimaciones de analistas económicos y de
organismos financieros públicos y privados nacionales e internacionales (el BCV
no publica esta cifras desde hace siete meses), calculan que la inflación
superará el 170% y en alimentos será superior al 200%. Ambas estimaciones, nos ubican
como la mayor inflación mundial.
El
desempleo y el subempleo medido por parámetros internacionales ya superan el
65% de la población económicamente activa.
Aumento significativo de la pobreza. Estudios
realizados por la UCAB, la UCV y la USB, determinaron que para finales del
2014, el 48% de nuestra población estaba en situación de pobreza y que el 24%
padecía de pobreza extrema. Esta situación de pobreza extrema, evidentemente se
ha agravado considerablemente este año, si tomamos en consideración el costo de
la canasta alimentaria correspondiente a mayo de 2014, que fue de Bs. 4.448,56 (última cifra publicada por el INE) y el
costo de mayo de 2015, de Bs. 24.694,21 (publicada por el CENDAS). Este
desproporcionado aumento de la canasta alimentaria en un año, no fue compensado
por un aumento del salario mínimo, ya que para adquirir la canasta de mayo de
este año se necesitaban 3.7 salarios mínimos, por lo tanto, la pobreza extrema,
medida por la línea de ingresos tiene que haber aumentado considerablemente.
A
pesar de este desastre al que nos ha conducido, esta perversa alianza entre la
extrema izquierda, los Castro, los boliburgueses, el militarismo facho y la
narcoguerrilla, vamos a recuperar nuestro país, y concluyo citando lo dicho por
la Comisión Episcopal de Venezuela, en su última declaración con motivo de la
instalación de su la 104 Asamblea Ordinaria.
“Estas
elecciones son un evento muy significativo con el mismo rango, en esta ocasión,
que las presidenciales porque nos van a permitir la recomposición de la vida
económica y social de Venezuela. Después de las elecciones la sociedad se verá
obligada a reestructurarse. Frente a las grandes dificultades del país, la
salida tiene que ser democrática y constitucional. Para esto son las
elecciones”.
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