2014 Un Año Gris para la Producción Agrícola Venezolana
El año 2014 fue de resultados poco alentadores para el Sector Agrícola Nacional. De los doce rubros vegetales a los cuales Fedeagro estima la producción, ocho decrecieron y cuatro crecieron con respecto al año 2013

Además
de la caída en la superficie sembrada de algunos rubros, los rendimientos se
ubicaron por debajo de los obtenidos en el año 2013, año de clima excepcional
para la Región Centro Occidental.
Confluyen
un conjunto de factores responsables de los poco alentadores resultados de la
agricultura; unos atribuibles al comportamiento climático y otros a problemas
de orden estructural y coyuntural sobre los cuales las políticas públicas pecan
de errores y/u omisiones. Trataremos de acotar los que nuestro juicio son más
relevantes
El
régimen de lluvias, en los tres últimos años, pareciera adoptar un patrón
diferente, especialmente en el Centro y Oriente del país, caracterizado por un
desplazamiento del inicio del invierno y cambio en la frecuencia y en el
volumen de precipitaciones. Los registros pluviométricos de los últimos años
muestran evidencias de estos cambios y obligan a adoptar un conjunto de
acciones.
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Con
relación a los factores sobre los cuales la influencia de las políticas
públicas es determinante, es preciso señalar el impacto sobre la producción
agrícola, la restricción de divisas para la importación de bienes,
productos y servicios fundamentales. En 2014 hubo fallas o atrasos en el
abastecimiento de semillas (hortalizas, sorgo, papa), de agroquímicos (fungicidas,
insecticidas, herbicidas, etc.), de maquinarias, equipos, vehículos de carga
repuestos, mangueras para riego, sustrato para plántulas, cauchos para
tractores y para vehículos de carga, baterías, lubricantes y combustibles.
Estos factores impidieron cumplir los planes de siembra y terminaron reduciendo
la superficie cultivada.
Los
precios a nivel del productor de los rubros regulados continúan siendo fijados
sin atender las estructuras de costos. El resultado es un desestimulo a la
producción, particularmente crítico en maíz y sorgo, la caña de azúcar, el café
y la naranja.

No
priva en nosotros una concepción autárquica de la agricultura; pero no
concebimos el desarrollo privilegiando las importaciones, toda vez que estas
compiten con la producción nacional en condiciones de amplias y significativas
ventajas; en efecto, gran parte de las importaciones son de origen transgénico,
y generalmente subsidiadas y producidas en economías con inflación de un solo
dígito (bajo).
Hemos planteado la necesidad concertar con el sector productivo la política de importaciones, asegurando que los volúmenes se correspondan con los déficits internos, que no compitan en oportunidad y costos con la cosecha nacional y sean accesibles al consumidor. En este sentido hemos propuesto, y hoy lo reafirmamos, la creación de un Consejo Nacional para las Importaciones Agroalimentarias, integrado por los productores, los agroindustriales, los consumidores y el Gobierno Nacional. Este Consejo debería hacer un seguimiento de la producción y el abastecimiento de materias primas y alimentos (balances por rubros) y recomendar al Ejecutivo los volúmenes a importar, la época de realizarlos y las medidas de tipo económico que permitan su acceso al consumidor.
Hemos planteado la necesidad concertar con el sector productivo la política de importaciones, asegurando que los volúmenes se correspondan con los déficits internos, que no compitan en oportunidad y costos con la cosecha nacional y sean accesibles al consumidor. En este sentido hemos propuesto, y hoy lo reafirmamos, la creación de un Consejo Nacional para las Importaciones Agroalimentarias, integrado por los productores, los agroindustriales, los consumidores y el Gobierno Nacional. Este Consejo debería hacer un seguimiento de la producción y el abastecimiento de materias primas y alimentos (balances por rubros) y recomendar al Ejecutivo los volúmenes a importar, la época de realizarlos y las medidas de tipo económico que permitan su acceso al consumidor.
Insistimos
en el tema de la vialidad agrícola. Cada día es más difícil trasladar las
cosechas a los centros de acopio, procesamiento o consumo. Igualmente se ha
hecho extremadamente embarazoso transportar la semilla, el fertilizante y los
agroquímicos a nuestras fincas. Las unidades de transporte se deterioran y no
conseguimos repuestos o tenemos que pagar fortunas por ellos. Durante este año
el crecimiento de los fletes fue desproporcionado. Para solo citar un ejemplo,
en el maíz el transporte de cosecha representó alrededor del 20% del precio
fijado al productor. El Estado de la vialidad agrícola y la preferencia del
transportista por la carga de la aduana de Puerto Cabello influyeron en esta
situación.
Hemos denunciado hasta el cansancio la situación de inseguridad en la cual vivimos, cada día se producen más robos, atracos y secuestros en nuestras fincas, se hace más difícil pernoctar en ellas y nuestros trabajadores y familias están más expuestos.
Este análisis continuará en nuestro próximo boletín
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