viernes, 8 de mayo de 2015

2014 Un Año Gris para la Producción Agrícola Venezolana (segunda parte)


Hemos seleccionado para esta parte de nuestro boletín, el análisis de FEDEAGRO, sobre el comportamiento de la actividad de la producción agrícola vegetal en el pasado año de 2014. De este análisis publicamos en la edición anterior la primera parte y nos corresponde, según nuestra pauta, en esta publicación la segunda y última parte de este interesante informe 

2014 Un Año Gris para la Producción Agrícola Venezolana


El año 2014 fue de resultados poco alentadores para el Sector Agrícola Nacional. De los doce rubros vegetales a los cuales Fedeagro estima la producción, ocho decrecieron y cuatro crecieron con respecto al año 2013.

La producción de maíz cayó un 3%. El impacto negativo del clima en los Llanos Centrales y Orientales, no fue compensado, como en el año 2013, con la producción de los Llanos Occidentales, región en la cual, se sembró una superficie cercana a la de 2013, pero con rendimientos inferiores a los del año pasado. Tampoco estimularon la siembra de este cultivo, la indefinición de un precio que finalmente se fijó ya avanzada la cosecha y la mermada capacidad productiva  de una maquinaria e implementos que superan su vida útil y sin repuestos para activarla.

En el Sorgo la caída, con respecto al año anterior, fue del 19%. Se esperaba sustituir la superficie de maíz, afectada por la sequía, con este cereal; no obstante, no se dispuso de semilla nacional, la semilla importada llegó tarde y se desatendió la demanda de las asociaciones, parte importante de las cuales no pudieron sembrar la superficie comprometida.
El cultivo se vio afectado por la ausencia de precipitaciones en unas zonas y en otras por el exceso lluvias en etapas claves del cultivo. El resultado fue rendimiento muy pobre, por debajo del promedio nacional.


En el caso del arroz el crecimiento fue del 17%. En este rubro, el ingreso a nivel del productor (un agregado de precio más subsidio) se anunció oportunamente, previo al ciclo de siembra y cubrió los costos de producción, generando un estrecho margen de ganancia que permitió la siembra y la incorporación de áreas especialmente desarrolladas para este cultivo que en años anteriores quedaron en barbecho o se dedicaron a otros rubros; a pesar que en el desarrollo del proceso productivo la ganancia la consumió el incremento del costo de las labores de cosecha y flete.

En ese rubro se demuestra que el acercamiento técnico/económico es un camino que debe continuar y reafirmarse.

El girasol decreció un 65% y el ajonjolí creció un 104%. El girasol acusó problemas de calidad de la semilla, de retraso en su entrega y no ha sido corregida la mala experiencia de recepción por parte de la industria nacional (solo una empresa, Coposa recibió girasol) y el  sorgo no fue una opción para el ciclo norte verano 2013-2014, dada la escasa disponibilidad de semilla y precios poco atractivos.

El déficit de maquinaria y equipos, ha alargado la cosecha de maíz y atrasado la preparación de tierras para la siembra de girasol y/o sorgo, antes del mes de diciembre, fecha tope para la siembra de ambos cultivos. Esta situación favoreció la siembra de ajonjolí, la cual puede realizarse con menores riesgos en el mes de diciembre.


Los hechos referidos anteriormente y la demanda de comercializadores nacionales de ajonjolí con miras a la exportación, condujeron a los agricultores a sembrar este renglón cuya producción (24.762 tm.) creció un 104% con respecto al año anterior. 

El rubro papa decreció un 31%. Los factores asociados a esta caída fueron: déficit de semilla que impidió cubrir las necesidades del segundo ciclo de la papa de consumo fresco (se importaron 7.500 tm. de las 17.000 tm. que representan las necesidades anuales del país y parte importante de la papa almacenada en el Pico El Águila se deterioró). Los rendimientos cayeron, producto de desabastecimiento de agroquímicos (especialmente fungicidas, Curazin y Antracol) y de fertilizantes, especialmente de las formulas CP hortaliceras (Triple 15, 12/11/18 y 12/12/17) y el impacto sobre la producción del clima, presentándose sequía prolongadas en el ciclo de invierno en las zonas productoras.

En hortalizas se registró una leve recuperación en la cebolla (5%) y una caída en tomate (-12%) y pimentón (-24%). En estos rubros las limitaciones para un crecimiento sostenido se asocian a la disponibilidad de divisas para importar semilla de alto valor genético y agroquímicos. Los precios de la semilla han llegado a niveles intolerables, de ninguna manera compensados por los precios que los comercializadores pagan a los agricultores.

Algunos hortaliceros reservan su propia semilla de zafras anteriores, pero lo hacen a costa de la merma de la productividad. Por otro lado, el Gobierno Nacional no aprueba la introducción de cultivares que han desarrollado métodos de defensa contra plagas y enfermedades, a pesar de no ser semillas genéticamente modificadas.


En caña de azúcar el decrecimiento alcanzó un 8%. Los cañicultores vienen arrastrando un rezago en sus precios que desincentiva la inversión. Cuando se atienden sus reclamos, el ciclo del cultivo está en la fase final y no se cubren las expectativas, ni los costos de producción demostrados en las estructuras presentadas a diferentes instancias. El Resultado es la merma en la producción de caña de azúcar nacional y la mayor dependencia de las importaciones. 
Para los cañicultores la consecución de insumos se ha convertido en una hazaña, esta situación, conjuntamente con la falta de repuestos de alta rotación que tiene paralizados tractores, cosechadoras y camiones, genera retrasos en el proceso productivo, disminución en la productividad e impide cosechar un porcentaje de la cosecha que se queda en el campo.

Otro factor que afectó el cultivo el año pasado fue la sequía que impactó las plantaciones de Lara, Trujillo, Zulia, Sucre, Aragua y Carabobo.

En este rubro el eslabón industrial continúa no alcanza su potencial de crecimiento. El 62,5% de los Centrales azucareros son públicos y solo procesan el 20% de la caña producida en el país.

La naranja creció un 9%. En este rubro; a pesar de acusar el castigo del precio controlado de los jugos pasteurizados, se están incorporando a la producción plena plantaciones recientes y renovaciones ejecutadas en años anteriores. 

Las importaciones de concentrado de naranja, especialmente las realizadas por empresas del estado (Lácteos Los Andes), compiten deslealmente con la producción interna, generando una distorsión enorme en el mercado interno, quedando sin colocación alrededor de 200.000 tm. de naranja que exceden el consumo interno.

La caída en el café fue del 31%. A los problemas de rezago en los precios de este cultivo, se agrega la devastación causada por la roya del café. Fedeagro ha planteado en reiteradas oportunidades en diferentes instancias, el alcance de esta enfermedad y ha propuesto acciones concretas para combatirla; sin embargo, aún no se autorizan los registros sanitarios y las importaciones de fungicidas de comprobada eficiencia en su control, ni se implantan campañas sanitarias integrales que permitan al agricultor convivir con la enfermedad, tampoco se has desarrollado programas para renovar las plantaciones afectadas con materiales genéticos de comprobada resistencia a esta enfermedad.

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